Daniel Arasa reivindica a la «gente de lunes» en «El mundo es de los que madrugan»

Daniel Arasa reivindica a la «gente de lunes» en «El mundo es de los que madrugan»

01/11/2023

El periodista y doctor en Humanidades y Ciencias Sociales Daniel Arasa reivindica en «El mundo es de los que madrugan» el trabajo bien hecho y a la «gente de lunes» que concibe el trabajo no como una obligación sino como una oportunidad de autorrealización y de servicio a la sociedad.
El periodista y doctor en Humanidades y Ciencias Sociales Daniel Arasa reivindica en «El mundo es de los que madrugan» el trabajo bien hecho y a la «gente de lunes» que concibe el trabajo no como una obligación sino como una oportunidad de autorrealización y de servicio a la sociedad.Arasa (Tortosa, 1944) desglosa en este libro editado por Ideas y Libros un compendio de reflexiones recogidas a lo largo de su dilatada trayectoria profesional, que en su mayor parte dedicó a la práctica periodística en la agencia de noticias Europa Press en Cataluña.Son 200 «brochazos» del autor, a modo de «vuelo rasante», sobre cuestiones como el liderazgo, la actitud ante el trabajo, el ahorro, la ética, la gestión del tiempo o el papel de las entidades y las empresas, con una visión del autor centrada en los valores del esfuerzo y la búsqueda de la excelencia.»Pienso que debería haber pagado para trabajar», asegura Arasa, quien empezó su carrera profesional como ingeniero técnico químico antes de pasar al periodismo y que cree que en los últimos años se ha fomentado desde las instituciones la cultura del ocio sobre la del trabajo.Ante este escenario, el autor opina que «lo importante en la vida no es divertirse, sino ser feliz» y en esta búsqueda incluye el derecho a identificarse ante los demás a partir de la profesión u oficio que se desempeña, así como la aspiración a encontrar un sentido vital en el trabajo.Arasa también apuesta por empresas e instituciones que sepan crear un marco favorable para fomentar el crecimiento profesional y personal, creando espacios de trabajo «donde las personas se sientan reconocidas y se ayude a cada uno para que puedan desarrollar sus capacidades».Por ello, sostiene que los mejores líderes directivos son «repartidores de esperanzas» y que deben saber escuchar y dirigir con vocación de servicio colectivo, por lo que, subraya, «un trepa nunca será un verdadero líder».El autor reivindica los «liderazgos invisibles», aquellos que «no salen en los medios», como alcaldes de pueblos pequeños que, independientemente del color político que representan, llevan varias legislaturas imbatibles, así como líderes vecinales o de entidades sociales que han logrado dejar una huella en su entorno.Según Arasa, se puede ser un buen líder sin tener un cargo, ya que «el prestigio no deriva del cargo, sino de cómo hacemos las cosas», aunque también considera que para liderar un proyecto «no basta sólo con ser una buena persona, sino que hay dominar el oficio».No obstante, diferencia entre quien aspira a realizarse en su trabajo de aquellos que se confiesan «adictos» al trabajo y reivindica que la vinculación y la identificación con la empresa es esencial, pero que ésta no debe de ser «incondicional».Respecto a fenómenos recientes vinculados al mundo laboral, como la llamada «gran renuncia» -que empezó a detectarse en EEUU tras la pandemia y llevó a muchos trabajadores a desvincularse de sus empleos- Arasa cree que se tratan de tendencias coyunturales que con el tiempo tenderán a corregirse.También augura que con el tiempo el teletrabajo será cada vez más puntual, aunque está a favor de que las empresas sigan apostando por la flexibilidad laboral encaminada a mejorar las situaciones de conciliación familiar.Arasa, que ejerció también como profesor asociado de las universidades Pompeu Fabra y Abad Oliba-CEU, es actualmente Defensor Universitario de esta última y ha publicado más de 40 libros -una veintena de ellos sobre temas históricos-, una labor que ha alternado con su presencia en entidades en favor de la familia.