Damián Castaño y una tarde para haberle la cambiado la vida en Las Ventas

Damián Castaño y una tarde para haberle la cambiado la vida en Las Ventas

02/09/2024

La espada, la maldita espada se le atravesó una vez más a Damián Castaño. La tarde soñada en un Desafío Ganadero. Un toro de Saltillo noble y a más. Otro bravo de verdad de Valdellán. Dos faenas marcadas por esas formas que a cierto Madrid gustan. Formas que a unos se les cantan y a otros se censura.

Damián supo encauzar con temple y expresión las buenas embestidas que sacó el tercero de Saltillo en el último tercio. Un toro de comportamiento creciente al que toreó con gusto y suficiencia sobre todo por el pitón izquierdo. Una tanda final a pies juntos puso a Madrid en pie. Pero la espada se llevó lo que iba camino de premio. La vuelta al ruedo tuvo sabor a premio de consolación.

La misma historia ocurrió con el bravo sexto de Valdellán. Un toro con nervio en el caballo y que fue un tejón a la hora de tomar la muleta del salmantino. Siempre por abajo. Siempre encastado. Siempre con nobleza y clase. La faena de Castaño fue más completa porque se dio por ambos pitones. La emoción trepó rápidamente a los tendidos, que rugieron con el momento dulce por el que atraviesa el diestro como bien se demostró ya en Bilbao. Pero de nuevo el fallo con los aceros dejó todo en agua de borrajas.

El resto del festejo tuvo mucha menos historia. A los dos primeros toros de Saltillo se les zurró mucho en el caballo y los otros dos ejemplares de Valdellán mostraron una alarmante falta de casta.

Sánchez Vara lució en el recibo a la verónica al abreplaza de Moreno Silva, un tren de mercancías con sus más de seiscientos kilos a cuestas que llegó muy orientado a la muleta tras un horrendo terio de varas. El alcarreño se mostró suficiente. Con el desfondado cuarto, poco pudo hacer.

Rubén Pinar estuvo muy por encima de un deslucido segundo de Saltillo al que robó varias tandas de mucho mérito en redondo. Con el descastado cuarto de Valdellán le echaron pocas cuentas.