Un meteorólogo de A Coruña desvela la razón por la que algunas borrascas llevan nombre: “No hay tantos”

Un meteorólogo de A Coruña desvela la razón por la que algunas borrascas llevan nombre: “No hay tantos”

22/09/2024

Este domingo, 22 de septiembre, a las 14:44 h, comienza el otoño. Toca ir cambiando de armario o sacar los paraguas ante una de las estaciones caracterizadas por la inestabilidad. “Este trimestre es el más lluvioso del año, en Galicia”, dice el meteorólogo Francisco Infante, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en la comunidad gallega. 

Ahora, los servicios meteorológicos se preparan para la temporada de borrascas. Y algunas, las más terribles… tienen nombre de persona. Son las denominadas borrascas de alto impacto

La primera en llegar, cuando se dé, se llamará Aitor. La última, de llegar, sería Wolfgang. Y en medio vendrán Nuria, Jana, Herminia o Enol. ¿Quién decide bautizar a las borrascas? Antes de septiembre, esta labor corresponde al grupo de nombramiento de los servicios meteorológicos del suroeste de Europa. Expertos de España, Portugal, Francia, Luxemburgo y Bélgica se ponen de acuerdo para elaborar un listado alfabético para nombrar los fenómenos adversos que se vayan registrando.

Cada vez que llegue una borrasca de alto impacto en los citados países, llevará el nombre que alfabéticamente le corresponda. Para ser considerada de alto impacto, Infante recalca que debe estar previsto “una situación de avisos por viento muy fuertes, al menos de nivel naranja o rojo, en áreas suficientemente amplias de cualquiera de los países integrantes”. Además de este criterio principal, hay otro secundario “y es si no se llega a aviso naranja o rojo en viento, pero sí tenemos aviso amarillo y hay aviso de precipitación naranja o rojo”. En esos casos, ”también se podría nombrar la borrasca que provoque esa situación”.

Elegir los nombres «no es fácil» porque «tampoco hay tantos”, pero lo que se busca es que “más o menos tengan un léxico y una pronunciación, una grafía similar” en los idiomas implicados, es decir, “francés, portugués y castellano”. Y aunque reserven un abecedario entero antes de la temporada, hasta ahora no se han dado tantos fenómenos adversos cada año como para agotar los nombres previstos.

La predicción estacional de la AEMET prevé para Galicia estación algo más cálida de lo que se espera para un tiempo otoñal. Y con algo menos de lluvia.

Esto, después de un verano que ha sido muy caluroso. Ha sido el quinto más cálido en Galicia desde que hay registros, desde 1961, empatado con otros tres. La temperatura promedio fue de 19 grados, un grado por encima de la media. La máxima se marcó en Ribadavia, Ourense. Casi 42 grados sufrieron el 23 de julio.

Y se empieza a hablar en Galicia de noches tropicales, incluso en zonas donde no es habitual, como A Coruña. En la ciudad herculina, la temperatura no bajó de 20 °C en tres ocasiones durante el tiempo estival.

El nivel de precipitaciones en verano ha sido normal, en promedio, pero sí se han vivido momentos de tormentas y lluvias torrenciales en junio. Uno de los días, en solo 20 minutos se recogieron 47 litros de agua en un metro cuadrado en la estación de O Rosal (Pontevedra). Fue Más que lo que llovió en la ciudad de A Coruña en todo el mes.