Una enfermera del medio rural cuida a su paciente de 94 años enseñándole a hacer natillas

Una enfermera del medio rural cuida a su paciente de 94 años enseñándole a hacer natillas

Una enfermera del medio rural cuida a su paciente de 94 años enseñándole a hacer natillas

by 08/03/2025

«Desde que tengo memoria siempre he soñado con ser enfermera» Con esta declaración de intenciones, revela María del Carmen Otero su vocación por la enfermería.

Carmen es otra de esas mujeres anónimas que hoy también celebran el Día Internacional de la Mujer. Lo hace cuidando a su madre Antonia, de 91 años, que es por derecho propio y a tiempo completo, su paciente preferida.

Es una profesional altamente cualificada, ¿por qué no decirlo?. Son las mujeres cuyo nombre no trasciende ni en la prensa, ni en las redes sociales, las que a menudo acumulan más méritos para ser reconocidas.

Lleva 35 años de carrera dedicada al servicio de los miles de pacientes que ha cuidado con mimo y profundo respeto durante toda su vida.

Nació en Zamora pero se ha formado y especializado en distintas áreas de la Enfermería en las universidades de Valladolid, Salamanca, Elche (Alicante) y Avila. Espera poder jubilarse dentro de 5 años, porque ahora tiene 60 y ha recorrido los centros de salud de medio Castilla y León como enfermera familiar y comunitaria.

Curiosamente una de sus dos hermanas, Antonia, también es enfermera. La segunda, Yolanda, y su hija Casandra son farmacéuticas. De modo que conoce bien la situación de la sanidad pública en nuestra región.

Por eso lamenta que una profesión tan vocacional como la suya, que para ella es un modo de vida, se esté deshumanizando por una falta clara de personal.

Explica a COPE que a lo largo de los próximos cinco años se espera que alrededor del 30% de las profesionales se jubilen.

LA SANIDAD EN LA ESPAÑA VACIADA

En las zonas rurales se enfrentan a importantes desafíos. Los pueblos más pequeños a menudo cuentan en el mejor de los casos, con atención sanitaria solo tres veces por semana. Esta se dificulta por las grandes distancias entre las distintas consultas a atender y las malas infraestructuras viarias. Además hay que tener en cuenta que la población del medio rural está muy envejecida y en consecuencia sufre múltiples patologías.

La profesional explica que solo hay que pensar: «¿Si yo fuera paciente, cómo me gustaría que me atendieran?»

Y siguiendo esa premisa nos cuenta un caso muy concreto. El de Agustina, una mujer nonagenaria que sufría una úlcera en el talón. La enfermera aplicaba las curas y administraba la medicación como cada día. Pero también debía transmitir a la paciente, así como a su familia, la importancia de reforzar los cuidados siguiendo una alimentación adecuada rica en proteína, (esencialmente cuando a edades avanzadas se suele perder el apetito). De modo que Carmen acabó enseñando a Agustina y a su hija a hacer natillas caseras en su cocina.

FAVORECEN LA SALUD PREVENTIVA

Con frecuencia olvidamos la labor que desarrolla en el ámbito de la salud preventiva nuestra enfermera. Solemos valorar el trabajo del médico, pero no el de su infatigable y a menudo «invisible» compañera. En este 8M rendimos un merecido homenaje a las enfermeras. Esas que como Carmen, cuidan de nuestra salud con dedicación y entrega.

LA ENFERMERIA EN SALAMANCA: LOS DATOS

La provincia de Salamanca cuenta en la actualidad con un total de 1.750 profesionales de enfermería distribuidos entre la atención primaria y la atención especializada del Sacyl.

Estamos en una media de 5,35 enfermeras por cada 1.000 habitantes, cuando en los países de la OCDE, alcanzan una ratio de 9,04 trabajadores por millar de pacientes.

Según fuentes sindicales, habría que contratar a 1.207 enfermeros más en Salamanca, para ofrecer una atención de calidad al paciente.

En la actualidad cada profesional atiende de media a entre 15 y 20 pacientes, cuando lo recomendable sería no superar los ocho a su cargo.

Los profesionales están sufriendo altas tasas de estrés, ansiedad y síndrome del burnout por la sobrecarga de trabajo.

La “brecha salarial” de género que sufren las enfermeras es otro de los hándicaps más habituales. Esto se debe a que la mayoría son mujeres y éstas piden más reducciones de jornada con el fin de conciliar vida familiar y laboral.