Vigo se rinde al oficio y la magia de Guns N’Roses en un concierto memorable

Vigo se rinde al oficio y la magia de Guns N’Roses en un concierto memorable

12/06/2023

Ramón Martínez
Ramón Martínez Más de 26.000 personas se congregaron en la noche de este lunes en el estadio de Balaídos para acompañar a Guns N’ Roses en lo que ha sido otro de esos grandes conciertos que quedarán grabados durante décadas en la memoria de generaciones de vigueses.Una tímida llovizna recibida con paraguas y un rotundo abucheo dejó paso a una tormenta de decibelios y a una ensordecedora ovación cuando, casi puntual, la banda californiana subió al escenario e hizo sonar los primeros acordes de It’s So Easy, canción con la que han abierto hasta el momento todos los conciertos de esta gira.Si es cierto que quien tuvo retuvo, Guns ‘N Roses bien podrían ser el paradigma de este axioma, y así se lo reconoció la gente con una ovación cerrada en cuanto arrancó Slash el primer acorde de la noche a su legendaria Gibson Les Paul.Bad Obssesion puso a botar a todo el estadio, en el que se dieron cita miles de personas de la misma generación que Axl Rose, Slash y compañía, muchos con sus hijos, talluditos ya y herederos de quienes se resisten a ver languidecer un género musical como el que ha hecho universales a los de las pistolas y las rosas.La gente, si bien entregada, devolvió una respuesta desigual a las canciones de Guns N’Roses; no es lo mismo, claro, Chinese Democracy que Welcome To The Jungle, tema que cayó como una bomba y desató la locura en Balaídos.La entrega de la banda no merece ni un reproche; a sus 61 años, Axl Rose ha visto cómo su voz sufre más y llega a menos sitios que antaño, pero sus pies avanzan casi tan ágiles como entonces: en Vigo corrió media maratón, la mitad, como suele, de espaldas Slash, sumergido en sudor y protagonista indiscutible de las pantallas gigantes, sostiene él solo medio concierto: verle y escucharle juguetear con las seis cuerdas en la media docena de guitarras que subió al escenario bien vale el precio de la entrada. Su primer solo de guitarra secundado por la batería de Frank Ferrer y el bajo de Duff McKagan ha sido una delicia.Ese momento supuso una frontera en el espectáculo, tras la cual sonó You Could Be Mine, estupendamente recibida por la gente, y T.V. Eye, versión de la canción que The Stooges incluyó en el álbum Funhouse y que en Vigo entonó McKagan.Una bandera ondulante de Ucrania en la pantalla gigante y una guitarra de dos mástiles en manos de Slash acompañaron a Civil War, al ritmo de cuyos acordes brillaron en las gradas las linternas de los móviles y que Slash finalizó con los acordes de Voodoo Child, de Jimi Hendrix.Para entonces, Guns N’Roses llevaban dos horas sobre el escenario y decidieron abandonar a Slash con su Les Paul, con la que interpretó un apoteósico solo que finalizó postrado de rodillas sobre el escenario para empalmarlo enseguida con el punteo que da entrada a Sweet Child Of Mine en lo que fue, tal vez, el momento más emocionante de la noche, con los 26.000 espectadores rendidos a la magia de esta banda californiana y al genio del tipo con sombrero de copa.Hubiera sido un broche final perfecto, pero Guns N’Roses aún tuvieron tiempo para colocar un piano de cola en el centro del escenario, y seguir tocando canción tras canción con la energía de unos adolescentes y el oficio de unos gigantes. EFE 1011804 rmb/am/plv(foto)